Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://georgianykz093793.aioblogs.com/91201126/la-historia-detrás-del-cabezazo-de-zidane-a-materazzi